Halloween - La Cueva de Luysmit el Sanador Místico
(Crónica de una sesión que empezó con incienso y acabó con glucosa)
El Gran Luysmit, chamán de confianza y sanador de urgencia, abrió las puertas de su cueva mística con más humo que una barbacoa vegana. Las energías interiores de los asistentes estaban tan desalineadas que el universo pidió un justificante médico.
Con luces tenues, olores sospechosamente espirituales y una playlist de cantos tibetanos mezclada con reguetón instrumental, Luysmit lo dio todo:- Impuso manos, pies y hasta codos.
- Invocó el equilibrio cósmico con un palo de escoba decorado.
- Y recitó mantras que sonaban sospechosamente a la carta del restaurante indio del camping.
Los participantes, tras sudar, temblar y ver colores que no existen en el espectro visible, recibieron su recompensa: ¡una bolsa de chuches místicas! (con gominolas en forma de chakra y caramelos con sabor a incienso).
Pero lo más terrorífico vino al final…
Luysmit, tras darlo todo en sus vídeos promocionales, sus anuncios de “¡Ven y desbloquea tu alma!” y sus sesiones de sanación intensiva, acabó poseído por el espíritu del azúcar.
Se comió tres bolsas de chuches, habló en arameo durante cinco minutos y luego intentó sanar a una farola.
La cueva quedó cerrada por exceso de energía residual y por un misterioso eco que repetía “¡Más caramelos, más poder!”

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