Halloween - The Walking Dead: Zombis, Caja Fuerte y Antídoto con Final Muy Dulce

 

     Entre el cementerio y la zona de paso del camping, donde las sillas parecían abandonadas por supervivientes del apocalipsis, se alzaba la Parcela 50, convertida en un auténtico episodio de The Walking Dead. Allí, Sergio y Mireia, zombis de manual, se paseaban con mirada perdida, piel verdosa y actitud de “te como los sesos pero con cariño”.

Nada más pisar la parcela, te infectabas. Sin aviso, sin protocolo, sin mascarilla.

“¡Eso se avisa, hombre!”
—gritó uno mientras se rascaba el alma.

Para salvarte, había que abrir una caja fuerte que parecía sacada de una película de espías con presupuesto de camping. Dentro, el antídoto, que solo se podía tomar si acertabas el código… o si te lo ganabas con valor.

“¡Coge el antídoto o te comemos los sesos!”
—gritaba Mireia con una sonrisa que daba miedo y ganas de correr.

Y para los más peques, la caja fuerte escondía una versión especial de Truco o Trato: las chucles, bien guardadas entre sustos y risas. Porque incluso en el apocalipsis, el azúcar no se negocia.

La parcela era paso obligado entre la zona nueva y la vieja del camping. Todo viajero que cruzaba tenía que enfrentarse a los zombis, resolver el enigma, y salir con el antídoto… o con un nuevo tono de piel verdoso.

Pero lo mejor vino después de la infección. Cuando el susto se calmó y los sesos volvieron a su sitio, Sergio se convirtió en el DJ de la discoteca, pinchando temazos como “Thriller versión rumba catalana” y “Reguetón de ultratumba”.
Mireia, por su parte, fue la Zombi GOGO, enseñando pasos de baile a los más torpes con movimientos tipo:

• El “paso del intestino suelto”
• El “giro de mandíbula con ritmo”
• Y el clásico “zombi con cadera desencajada”

Nos juntamos todos a mover el esqueleto, literalmente. Porque si algo quedó claro esa noche es que…

“Si quieres tomar el antídoto, abres la caja fuerte y te lo metes… pero antes, ¡a mover el esqueleto!”

https://youtu.be/tg3J5n3mFtc